viernes, 29 de enero de 2010

¡ UNA DE PONIS...!

No estoy de demasiado buen humor estos días, por circunstancias que no vienen al caso ahora, pero hay días en que ciertos sucesos te hacen esbozar una sonrisa, ya no porque a veces puedan ser auténticas putadas, sino por lo surrealistas que resultan.
Todos/as los que siguen este blog, sabéis que quien esto suscribe tiene un poni en su casa, llamado "Obi" para más señas (creo que es por Obi-Wan Kenobi, el de "La guerra de las galaxias", aunque mi hermana me dice que es por el presidente Obama, ya sabéis...es que mi caballo tiende más bien al color oscuro...), y creo que no tengo necesidad de repetiros lo hijo de p... que es, sobre todo porque muerde más que Drácula en un banco de sangre. Pero resulta que el otro día, a pesar de los lindiadores (unos trastos que electrifican las cercas de los prados) que protegían las colmenas, el muy cabrón encontró la manera de colarse tras la alambrada, y literalmente, tumbó una de ellas. Conozco muy bien a ese bicho, y sé que cuando relincha al ver a uno de nosotros, es que ha armado alguna...
Dicho y hecho. Pues hubo que levantar la colmena otra vez, con las abejas muy,muy encabronadas (la cuenta para mí, porque les tengo verdadero pánico a pesar de llevar traje de protección), y el puto poni más fresco que una lechuga (no entiendo cómo se libró de recibir picaduras). Pero...¿no hay un dicho que dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces sobre la misma piedra?, pues es mentira, porque también lo hacen los ponis. No pasó ni un día, cuando, al llegar de trabajar, mi hermana me dijo que el "Obi" la había vuelto a armar.
-"¿Qué ha hecho esta vez?.- Le pregunté con cansancio.-"¿Ha arrancado algún árbol o algo así?.
- Ha vuelto a hacer lo de las colmenas.- Me dijo ella.
Se me hizo un nudo en la garganta, lo confieso. No sentía ganas de tratar de nuevo con abejas.
-¿Cual ha tirado esta vez?.- Pregunté, cruzando los dedos...
- Todas. Las cinco que tenemos.
No me acuerdo de a qué o a quién maldije en aquel momento.
Pero esta vez no se salió con la suya, no. Esta vez las abejas fueron a saco a por él, y vaya si le quitaron las ganas de putearlas, vaya...Lo que recuerdo es ver a mi madre y a mi padre levantando una alambrada de espinos, y a mi madre literalmente rebozada de abejas de la cabeza a los pies... (a mí, sin ninguna duda, me habría dado un síncope...). Tuvimos que cercar las colmenas, aunque creo, sin temor a equivocarme, que al puñetero bicho se le habrán quitado las ganas de juguetear con las abejas de golpe...
Si a alguno de vosotros le interesa un poni, que sepa que se lo regalo...

HE DICHO

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